miércoles, junio 11, 2008

Ángel

Era tan traidor, avaricioso, maquiavélico y en definitiva tan hijo de puta, que podía mantener a todos sus monstruos alejados e incluso reírse de ellos. Era tan monstruoso que asustaba a sus monstruos. Estaban tan atenazados y entregados a él que podía ponerlos a todos en una bandeja de plata y venderlos a buen precio, como si fueran deliciosos aperitivi. Un monstruo consicente de su monstruosidad. Desacomplejado y felizmente querido por sus múltiples amigos.

Rufí