lunes, abril 16, 2007

La teoría

Llegan esos y me dicen que he de contar una teoría muy importante a los otros. Estan más de tres años preparándome para que pueda explicarlo todo sin fisuras. Para tener bien claros todos los argumentos y todos los contra argumentos posibles.
Cientos de tertulias televisivas y radiofónicas defendiendo con uñas y dientes la teoría. Tuve dudas en multitud de ocasiones, pero siempre recordaba una máxima o un precepto fundamental que me daba seguridad para afrontarlas.
¿Cuántos artículos habré escrito ayudado por la base de datos que me facilitaron? Y todos ellos del todo irrefutables, al menos para los otros y para mí mismo.
Como es natural, cuando los otros vieron que mis razonamientos eran impecables, quisieron que entrara en el mundo de la política. Por eso, al poco tiempo, fundé un partido cuyo programa plasma milímetro a milímetro la teoría; de hecho lleva su nombre.
Y ahora esos se van y me dejan aquí con los otros delante de un frío y metálico atril. El público está deseando que hable de la teoría y lo cierto es que no tengo muchas alternativas.
Podría decirles que es una mentira pero no sabría ni refutarla ni argumentar nada en su contra porque eso no es lo que me han enseñado. O también podría contarles todo lo que ha pasado, pero me temo que no cambiaria nada. Sí, yo ingresaría en un psiquiátrico, pero los demás seguirían creyendo y confiando en cada una de las palabras de la teoría. Mejor que hable ya porque sino empezarán a inquietarse.

Rufí